Olesa se queda con el convento de las monjas Paúlas para obra social
La congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl ha donado este edificio donde las hermanas han residido durante los últimos 90 años.
Tras la fiesta-homenaje que Olesa de Montserrat rindió a las monjas Paúlas para despedirlas, el municipio se ha apresurado a anunciar qué va a hacer con el convento en el que residían y es que la congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl ha anunciado que dona al municipio esta edificio que ha acogido el convento de las hermanas Paúlas los últimos 90 años, en la calle de Santa Oliva, 34.
FOTO: @Ajuntament.
El alcalde, Miquel Riera, ha valorado muy positivamente la donación y ha detallado que la cesión -anunciada este domingo 15 de septiembre por la visitadora de la congregación de Zaragoza durante el acto de homenaje a las hermanas paúlas- se ha hecho con algunos condicionantes "lógicos y adecuados con los objetivos de esta congregación religiosa", ya que uno de los requisitos es que el edificio se destine a usos sociales, que se pueda beneficiar el barrio y que cualquier aprovechamiento urbanístico que se pueda derivar vaya dirigido a hacer vivienda social. Además, la congregación también ha pedido que se recuerde el trabajo que han hecho las monjas Paul al municipio a lo largo de 90 años.
Las monjas Paúlas se establecieron en Olesa 1929, gracias a una donación de la familia Puigjaner destinada a una de sus hijas, Amparo Puigjaner, que entró en esta orden. Durante nueve décadas, las monjas se han implicado activamente en la vida del municipio y han dedicado su trabajo a tareas sociales: atención domiciliaria a enfermos, guardería y residencia de ancianos. A lo largo de estos 90 años de vida han sido 28 las hermanas Paúlas que han pasado por la congregación olesana, trabajando siempre por los más necesitados del municipio. Una vez terminada su actividad en el municipio, la congregación ha querido que el edificio que ha acogido el convento, cedido en su momento por la familia Puigjaner, sea de propiedad municipal.
Sobre el futuro del edificio, el alcalde ha explicado que, teniendo en cuenta que el anuncio de la donación es muy reciente, "todavía hay que pensar en qué tipo de equipamiento se puede convertir". Miquel Riera considera que, antes de tomar ninguna decisión, habrá que hablar con las entidades sociales y ver las posibilidades técnicas del espacio. Hasta que se haga este trabajo, el compromiso del Ayuntamiento es el de cuidar la casa e instaurar las medidas de seguridad pertinentes.
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