Segundo día de protestas de los trabajadores de Nissan
El cierre de las fábricas de Nissan ha caído como un jarro de agua fría sobre la economía catalana
Más de 2.000 puestos de trabajo perdidos en las fábricas y 20.000 empleos indirectos. El cierre de las fábricas de Nissan ha caído como un jarro de agua fría sobre la economía catalana. Al principio de la pandemia, desde el Gobierno se afirmaba que no se iban a perder puestos de trabajo gracias a los ERTE. Pero no ha sido así, y una de las primeras industrias damnificadas ha sido la del automóvil, que supone el 10% del PIB español.
Los trabajadores de la empresa se han vuelto a concentrar hoy delante de las fábricas que el gigante nipón pretende cerrar. El objetivo es claro: hacer suficiente presión como para evitar el cierre. Las concentraciones están apoyadas por los principales sindicatos: CC.OO y UGT.
"Podemos ir por las buenas a sentarnos a negociar o por las malas. ¿Visteis las imágenes de ayer con el logo de Nissan y el humo negro alrededor? Pues esto es solo el principio...", ha amenazado Miguel Boiza, representante de CC.OO. en Nissan.
Ayer Nissan anunció que el cierre es irreversible, sustentado en la decisión estratégica de abandonar el mercado europeo y centrarse en otras áreas geográficas. Sin embargo, los trabajadores no pierden la esperanza, y continuarán con las protestas hasta recuperar lo que les corresponde: sus trabajos.
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