Hacer deporte siempre es recomendable, dicen. Ver como otros lo hacen es un divertimento, una distracción que ayuda a no pensar en el día a día. Si hay un deporte rey, ese es el fútbol, que tantas pasiones levanta entre sus seguidores a la vez que rivalidades entre los incondicionales de los distintos equipos.
Desde hace ya bastantes años, el balompié ha dejado de ser deporte para convertirse en una “empresa” muy lucrativa no solo para quienes lo practican, sino para sus dirigentes y los diversos entornos que se mueven en este ámbito. Hay demasiados intereses ocultos y poco transparentes que han hecho del fútbol su negocio
El fútbol tiene, en estos momentos, un impacto económico de 15.688 millones de euros, lo que supone el 1,37% del PIB español. Una cifra nada desdeñable que representa un pastel demasiado jugoso para determinados personajes que sin dar una patada al balón ganan sueldos impensables, otros aprovechan sus cargos para hacer negocios en los palcos de los estadios.
Estos días, La Liga, que entre otras cosas se encargada de comercializar conjuntamente los derechos audiovisuales de los clubs, está siendo noticia por dos motivos: uno por la marcha de Messi - que se le atribuye a La liga por los requisitos económicos que han exigido al FC Barcelona-, y dos por el acuerdo económico de 2.700 millones de euros con los fondos CVC que el presidente Tebas ha negociado y que el Barça , Real Madrid, Athletic de Bilbao y el Oviedo han rechazado por considerar que hipoteca durante 50 años el 10% de sus derechos audiovisuales, que son muy superiores al dinero que deben recibir.
El resto de clubes lo han aceptado -la crisis económica les obliga, sin ver más allá de sus narices-, pero el tema no queda así, si no que se ha iniciado una dura batalla que va a terminar en los tribunales y con consecuencias nada agradables para Tebas, que se ha creído el dueño y señor de la Liga, cuando en realidad es un “empleado” al servicio de los clubes - que percibe un salario de más de dos millones de euros al año-. Entró cobrando hace ocho años unos trescientos y pico mil euros y se ha ido subiendo el sueldo, sin preocuparle la crisis, hasta llegar a una cifra que no cobran muchos presidentes de grandes empresas del Ibex.
Javier Tebas es un personaje muy “espabilado” para sus cosas y su familia. Dicen que el secreto de su mando está en que tiene dossier de casi todos los importantes del fútbol y hay quien le tiene miedo. ¿Será el Villarejo del fútbol? Pero en esta ocasión se ha echado unos malos enemigos a los que se ha sumado también el presidente de la Federación Española de Fútbol. Todos están dispuestos a llegar a donde haga falta para desenmascarar al millonario presidente Tebas, todo un ejemplo a estudiar en las escuelas de negocio de cómo hacerse millonario a costa de los equipos de fútbol a los que sigue engañando con historias para no dormir, Este hombre ha entendido muy bien que el fútbol es un negocio, el suyo. La táctica de este genio de las finanzas lo definía muy bien en una frase el presidente Truman: “Si no puede convencerlos, confúndalos”. Eso es lo que hace.
Mientras el mundo del fútbol anda más que revuelto, ni se ha visto ni se le espera al Secretario de Estado de Deportes que debe estar de vacaciones y no ha dicho nada sobre lo que está sucediendo y que afecta muy directamente al deporte español y a su economía. No estaría de más que el Secretario de Estado de Deportes dijera alguna cosa, o mejor dicho que actuará para poner orden en este asunto que no pinta muy bien y que puede acabar como el rosario de la Aurora. Hay que seguir el tema porque los próximos días, empezada ya La Liga promete y días inmemorables. Los que no han firmado el acuerdo no se van a quedar de manos cruzadas y Tebas puede tener los meses contados si el gobierno realiza una investigación en los despachos de La Liga y otros. ¿Lo harán?
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