España, un avispero sin antídoto

En este país donde se ha instalado un avispero, no se ha encontrado todavía un antídoto que acabe con las picaduras, que no cesan. ¿Será por el nivel tan bajo de muchos, muchísimos políticos que tienen responsabilidades? Está claro que algo de eso hay. Solo hay que mirar lo que está sucediendo en estos últimos días- no es casual, ni nuevo- con tres hechos relevantes: la polémica por la pérdida de escaño del diputado de Podemos, Alberto Rodríguez después del embrollo jurídico y político, y que finalmente, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha decidido retirarle el escaño tras ser condenado por el Tribunal Supremo por pegar una patada a un policía en una manifestación.

Alberto Rodríguez @ep

Batet lo que ha hecho es cumplir las leyes. Por eso, en un primer momento, Podemos presentaba una querella contra ella, aunque después han matizado que lo hace a título personal el condenado...

La segunda nueva discrepancia entre los socios de gobierno es la reforma laboral que tanto está dando que hablar. Para la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, no es el momento de acometerla. Las instituciones europeas no están por esa labor, mientras que en un claro desafío, la otra vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz le ha saltado a la yugular y ha manifestado que está será si o si. Pero es que además, ha manifestado que el salario mínimo seguirá subiendo. Vamos que la ferrolana -tierra de contrastes, Pablo Iglesias, el bueno, y Franco son originarios de allí- ha querido escenificar la frase “si no quieres caldo, toma tres tazas”. Una situación que ha vuelto a poner de manifiesto que el gobierno está todo menos cohesionado, por mucho que quieran decir lo contrario. Y además Díaz debe marcar perfil propio, ya lo hace, para arrancarle votos a los socialistas y para ello, cuenta con la ayuda de los dos sindicatos mayoritarios: CCOO y UGT, que se prestan al juego

Tercera picadura de avispa: la presencia del ex vicepresidente y líder de ERC, Oriol Junqueras, la ex presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y los ex consejeros Josep Rull (Junts) y Dolors Bassa y Raül Romeva (ERC) en la manifestación de apoyo a los presos de ETA. En el entorno de ETA quieren que sus presos estén todos en cárceles vascas – de los 177 presos actuales, 77 ya están en Euskadi- y que en un plazo corto, estos pueden estar en semi-libertad o con permisos. Tienen prisa para que eso se produzca porque son conscientes de que con el gobierno de Pedro Sánchez las cosas son más fáciles.

La presencia de los políticos catalanes en la manifestación ha llamado poderosamente la atención teniendo en cuenta que ETA en Catalunya realizó 75 atentados con 54 personas muertas y cientos de heridos. Siendo el atentado de Hipercor de Barcelona el más grave cometido por los terroristas de ETA. Ocurrió el 19 de junio de 1987 y murieron 21 personas. La otra gran “hazaña” etarra: el atentado a la casa cuartel de Vic, donde vivían familias con niños y perdieron la vida 9 personas, entre ellas cinco menores y 44 personas resultaron heridas.

Las imágenes que se vieron en la distintas televisiones, con los dirigentes catalanes presentes en ellas a favor de los presos de ETA, pone los pelos de punta y solo han generado indignación en una buena parte de la ciudadanía y especialmente entre los afectados y sus familias. La presencia de los políticos catalanes, que además han tenido responsabilidad de gobierno, era innecesaria, las formas son muy importantes porque les debería importar lo que piensan esas personas que han sufrido en carne propia los atentados. Los etarras no son presos políticos, son asesinos que están en la cárcel cumpliendo una condena . Hay que avanzar en todo, pero la balanza siempre debe que estar equilibrada, no lo contrario como parece, porque hay actos que son innecesarios.

El avispero necesita de especialistas que no lo azucen, sino todo lo contrario.