Dicen que las cosas y las personas tienen un principio y un fin. En política la regla se cumple. En ocasiones el fin se precipita tan rápido que poco se ha disfrutado de su inicio. Son errores propios o de las compañías que se buscan y que ayudan a que eso ocurra.
Valencia se ha convertido en los últimos tiempos en la ciudad elegida por políticos y sindicalistas para realizar sus congresos o actos que quieren dejar huella. ¿Por qué la eligen? Puede que, por ser una ciudad Mediterránea, acogedora, con una luz especial, con gesto amable y emprendedora. Por eso o por alguna cosa más que se nos escapa, la ciudad del Turia ha sido el escenario elegido el pasado sábado para que cinco mujeres- tres con más poder que el resto- se hayan reunido en un “encuentro” denominado ‘Otras Políticas’ y cuya impulsora ha sido la vicepresidenta valenciana Mónica Oltra que tanta expectación ha levantado. Ha sido así por unas cuantas razones, entre otras por las mujeres presentes, como las ausentes... Pero allí estaban Yolanda Díaz, Ada Colau, Mónica Garcia, Fátima Hamed y la anfitriona, Mónica Oltra.
Ni el encuentro era casual, ni las cinco protagonistas tampoco. Es una operación bien orquestada que pretende unir “al feminismo” con el objetivo de llegar a Moncloa bajo el pretexto de empoderar a la mujer en política. Una operación engañosa a la que muchas feministas no les gusta ni un pelo, y sino que se lo pregunten a las que estaban presentes en el acto y les montaron un “pequeño” pollo.
Yolanda Diaz, vicepresidenta segunda del gobierno y líder de la próxima plataforma electoral - hay que recordar que no está afiliada a Unidas Podemos, sino que sigue militando en el Partido Comunista de España- fue designada a dedo por Pablo Iglesias, nadie la ha votado en ninguna asamblea, ni en otros cónclaves. Diaz es una persona que, bajo esa apariencia dulce, voz melosa, suave, esconde una dureza extrema. Quienes la conocen suelen decir de ella “no es oro todo lo que reluce”. Se la cataloga de ambiciosa y en Galicia, su tierra natal, no recuerdan de ella nada destacable políticamente, salvo su ambición por medrar, sin importarle pisar a los compañeros. La muestra está es que ha dejado fuera del “encuentro” a sus compañeras” ideológicas” Ione Belarra e Irene Montero. En Unidas Podemos están un poco cansados de ella. Pero Diaz, por su cargo, se está trabajando su futuro.
Ada Colau se está buscando su salida de la Plaza de Sant Jaume. La segunda mujer que ha ocupado el cargo de alcaldesa de Barcelona- la primera fue Natividad Yarza en el 1934 y lo hizo mejor que ella - tiene mejor imagen fuera de Barcelona que dentro. Ha sido sin lugar a dudas la peor alcaldesa/alcalde elegida en las urnas que ha tenido la ciudad Barcelona, que ha retrocedido durante su mandato. Eso sí, su sueldo es el más alto de las cinco compañeras del cónclave valenciano: percibe 100.000 euros anuales, nada tiene que ver con la promesa que hizo su partido que todos los cargos cobrarían tres veces el salario mínimo interprofesional (SMI), porque ellos estaban al lado de la gente, no de la casta. Al cabo de poco tiempo, los límites se borraron y ya en la II Asamblea Ciudadana, se quitaron varias cosas prometidas de su ideario, entre ellas, la limitación salarial. Y es que al final, la pela es la pela, como se dice en Catalunya.
Mónica García, la apuesta de Errejón para la alcaldía de Madrid, le ha hecho la pirula a su jefe y no está dando la batalla que de ella se esperaba en la comunidad madrileña, quizás por eso, aspira a otra cosa. Mónica Oltra, cuyos inicios en política ilusionaron a sus votantes, pero que con el transcurrir del tiempo, se ha ido desinflando. Las feministas no le perdonan que, en el afer de su ex marido, haya tenido la boca cerrada. Fátima Hamed, se la conoce por su pelea con los diputados en Vox en la Asamblea de Ceuta, a la que las feministas de su zona critican por llevar el hiyab, cuando ellas son contrarias a llevarlo.
En sus intervenciones, Diaz, que ha debido ver más de una vez la película Casablanca, decía que esto es el principio de algo maravilloso, frase muy parecida a la que decía Humphrey Bogart en la mítica cinta. Mientras que la estrella Colau afirmaba que “hay que sacar la política de las siglas, y que esto quiere ir de personas, de objetivos”. Toda una demostración del giro que Colau está dando: quiere marcharse del pacto con Unidas Podemos en Catalunya.
Valencia ha sido el escenario de la obra de mujeres que quieren abanderar el feminismo en la política, cuando todas ellas han sido elegidas a dedo por hombres. Y que ahora pretende vender a las mujeres una realidad que no existe. ¿Se lo tragaran las feministas? Esto casi seguro que no, solo las que están metidas en el pastel. Por cierto, a los periodistas no les dejaron hacer preguntas, otro gesto más de democracia y de derecho a la información … Por curiosidad ¿Se habrán pagado de su bolsillo los viajes?
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