Yolanda Díaz entra triunfal en Madrid el Domingo de Ramos

El Domingo de Ramos para los católicos practicantes significa la conmemoración de la entrada de Jesús en Jerusalén, donde fue recibido por la multitud con palmas, ramos de olivo y aclamado al Mesías que todos estaban esperando. Esta fecha marca así el comienzo de la Semana Santa, que muchos aprovechan para irse de vacaciones y otros para seguir de cerca los oficios religiosos.

Pues precisamente este Domingo de Ramos, anunciado con antelación a bombo y platillo, micrófonos, artículos de opinión, entrevistas y demás instrumentos de comunicación, Yolanda Díaz, arropada, según dicen, por unas 3.000 personas, anunciaba que se iba a presentar a las elecciones generales como cabeza de lista de Sumar. La expectación era máxima ante la posibilidad de que el trío que manda en Podemos no estuviera en el acto, como así fue.

Precedida de bastantes días de enfrentamientos más o menos disimulados con Unidas Podemos, finalmente, sin consenso con Belarra, Montero y el predicador “retirado de la política”, Pablo Iglesias, por fin dio el paso:  presentarse y hablar. Lo hizo sin cortarse un pelo, con más de una “directa” a sus todavía compañeros de coalición y el mentor de Díaz. Dejó claro que “no soy de nadie”, y por si había alguna duda remarcó que “no sería un fracaso” no acabar cerrando un acuerdo con Podemos. Porque según Díaz “Sumar va mucho más allá que la unidad de los partidos”. ¿Otra iluminada que según ella que viene a tapar los agujeros negros de la democracia?

España es el país de Europa en el que más “salvadores” hay por metro cuadrado. Cosa que a algunos pueda que les guste o los necesiten. En otros producen desconfianza, rechazo o hartazgo. Hay que ponerse a temblar cuando alguien dice que viene a salvarnos, sea de la ideología que sea. Solo hay que mirar la historia de los salvadores políticos. A quienes se le puede  aplicar la famosa frase de “la caridad bien entendida empieza por uno mismo”. 

Con un discurso bien aprendido y utilizando un lenguaje que puede llegar a calar utilizando su género, cuando los asistentes estaban más metidos en faena y dispuestos/as a tragarse lo que hiciera falta, Yolanda Díaz soltó: “Quiero ser la primera presidente del país, porque es el tiempo de las mujeres”, pero por si no tenía bastante siguió afirmando que  “queremos ser las protagonistas de la historia y la España de las mujeres imparables”. Muchas se preguntarán ¿quiénes son las mujeres imparables? La respuesta es sencilla: para dirigir y tener cargo, las que ella designe, y para votar a Sumar, el resto. Solo hay que ver a una de esas mujeres imparables, Ada Colau, que ha destrozado la ciudad de Barcelona y ha colocado a dedo a sus amigas y conocidas.

Lo que ha quedado patente es que Podemos, Yolanda Díaz y el resto que forman la izquierda de la izquierda están representado el papel y luego irán todos juntos, pero aparentemente parece que la ruptura está hecha. La gallega no está dispuesta a que el predicador la dirija, buena es ella.

 Así que Domingo de Ramos, inicio de la Semana Santa, la entrada triunfal de Yolanda Díaz en Madrid anunciando la buena nueva de salvar la democracia, es una muestra de que una nueva salvadora ha llegado a España. Europa y el mundo, que no es poco. Como diría un amigo ¡Que Dios nos coja confesados! Para Iglesias, Belarra y Montero, la Semana Santa hace ya un tiempo que la están viviendo en carnes propias, porque Díaz se le ha ido de las manos y pueden perder el gran negocio que está siendo la política para ellos y ellas.