Cuando los alcaldes o cualquier otro cargo público son elegidos en las urnas, tienen la obligación de servir a todos los ciudadanos, lo hayan votado o no. Algo tan sencillo, elemental y democrático. Resulta que hay señores y señoras que esta premisa se la ponen por montera y como gobiernan, hacen lo que le dan la gana. Son auténticos demócratas sectarios. Esos a los que se les llena la boca hablando de democracia y libertad, que se aprovechan de ella, pero que después no la practican. Gobernar para todos supone también hacer cosas que no les gustaría en su vida privada, pero que en la pública, por respeto a TODOS los ciudadanos deberían hacerlas y además entran en sus sueldos, que no suelen ser pequeños, por cierto.
Una vez más, y de aquí a mayo veremos unas cuantas, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, dice que no asistirá a la recepción del mal llamado besamanos del rey Felipe que viene a Barcelona a la inauguración del Mobile World Congess que tantos beneficios económicos y de imagen dejan en la ciudad condal. Seguramente al Rey tampoco le gustaría saludar a una "señora" como ella, pero respeta el cargo que tiene y hará lo que haga falta. También le entra en el sueldo.
Para Colau, es muy anticuado eso del "besamanos" y además desautoriza la actitud de su Majestad en el tema de los independentistas de catalanes, mientras ella, tan pura, santa e imparcial está dando apoyo a los independentistas, un día sí y otro también, sin preguntar a la ciudadanía si esta de acuerdo.
Decía Confucio que "Gobernar significa rectificar", cosa que no sabe hacer doña Ada, la "actriz" que se encuentra en la prórroga de su obra estrella, hasta el 26 de mayo.
Mientras esto sucede, los líos siguen haciendo estragos en el partido de ella y su marido. El penúltimo, la escapada a toda prisa de Elisenda Alamany, gran amiga de Xavier Doménech. ¿Por qué lo ha hecho? Sencillamente por sus más que manifiestas discrepancias con Colau.
La historia es bien "simple". Pablo Iglesias quería otra vez a Xavier Domènech para que volviera a encabezar la lista de En Común Podem por Barcelona. Lo tenía convencido. En esa lista podía ir también Elisenda. Cuando se enteró la Colau, puso el grito en el cielo: se había quitado a Domènech de encima y ahora, Pablo quería resucitarlo. Se opuso a la decisión y la operación quedó abortada. A eso hay que añadirle que, las encuestas de las europeas, les dan unos pésimos resultados, lo que significaría que su amigo Pisarello se queda compuesto y sin sillón en Bruselas. Dicho lo cual, dedocráticamente, sin primarias , ni consultar a nadie, mejor dicho, a su marido, tomó la decisión de cargarse la propuesta de Pablo Iglesias, es decir, a Xavi Domènech, y poner en su lugar a Pisarello y algunas otras personas cuyos nombres irán saliendo en los próximos días. Todo muy dedocráticamente, como se está comprobando ¿Para qué si no iba a fundar un partido de amiguetes?
Pero la situación no tiene importancia, Colau seguirá siendo la candidata a la alcaldía de Barcelona y haciendo público que no irá al besamanos del Rey, sí al del Papa Francisco, sí al juicio de la Forcadell, sí al lazo amarillo en el balcón del edificio municipal, y sí pasando los gastos de representación de una alcaldesa de unos cuantos, no de todos los ciudadanos. ¿Piensa que va a seguir siendo alcaldesa después del 26 de mayo? Seguro que lo piensa, la realidad ya la veremos, alcaldesa de unos pocos…
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