El President de la Generalitat de Catalunya ha querido celebrar el aniversario de los sucesos del 1-O animando a los CDR, que son el brazo armado del independentismo, a que presionen en las calles y en los negocios de sus conciudadanos, pese a los golpes que han recibido de los Mossos, que solo obedecen al mismísimo Señor Torra.
Como es fácilmente deducible, en esa llamada al desorden, existe una clara contradicción que los dirigentes de la CUP -el otro brazo intransigente de ese mismo independentismo- han puesto de manifiesto al solicitar en público su dimisión y la del Conseller de Interior, Miquel Buch.
Hoy, un año después del camelo electoral que se montó en esta fecha, y los palos repartidos por la Guardia civil -Dios perdone al Ministro Zoido por lo mal que lo hizo metiendo a la Benemérita en una encerrona imperdonable- tenemos una Catalunya mucho peor que antes.
‘Ni olvido, ni perdón’, gritan los/las estudiantes que se manifiestan por delante del despacho de nuestra Catalunyapress en una Ronda Universidad cortada al tráfico y con helicópteros policiales dando innumerables vueltas sobre nuestras cabezas. Si ese lema lo toman como cierto, los magistrados del Supremo que en enero comenzaran a juzgar a los políticos presos, tendremos un sumario instructor que buscará sentenciar una rebelión como una masía, y después unas condenas tremendas.
No hay manera de que estos tíos que pertenecen a la clase más acomodada y que engañaron a sus votantes conduciéndoles hacia el abismo de la intolerancia, moderen su lenguaje, y que la sensatez nos devuelva la calma a través de una hoja de ruta que permita corregir errores y con ello nos retorne la convivencia social.
A los hijos políticos del recién fallecido Maciá Alavedra -mis condolencias a su familia- se les ha ido completamente la bola, olvidando de dónde han venido, lo mucho que se han enriquecido y lo mucho que todavía cobran.
Un ejemplo de hoy mismo: Doña Marcela Topor, esposa del ex President Puigdemont, cobra en la TV de la Diputació de Barcelona seis mil euros de vellón por hacer entrevistas en un programa semanal. Lo hemos publicados algunos diarios catalanes hace ya varios meses.
Torra, el mayordomo de su marido, le hará en este 1 de octubre un sentido homenaje en la Generalitat por -supone este editor y periodista- sus sufrimientos por la patria, como se decía en la época del dictador Franco.
¡Y que a nadie de estos se les caiga la cara de vergüenza! En fin, como ha recomendado Joaquim «Quim» Torra Pla: Presionad malditos, presionad.
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