La afirmación que da título al presente artículo, debería ser una verdad de Perogrullo para las fuerzas de izquierda; sin embargo ha quedado ahogada ante el desfile de banderas de uno u otro signo, y proclamas y soflamas nacionalistas bien a favor de la unidad o de la independencia, y ante tal situación la izquierda ha quedado sin discurso o más bien dicho con discursos erróneos y perjudiciales para ella, y especialmente para las clases trabajadoras y desfavorecidas de la sociedad.
Vivimos tiempos graves, pero no sólo por el tema catalán; Cáritas en su informe nos alerta de la cronificación de la pobreza, y lo que es peor de la infantil, los salarios cada vez son peores, las pensiones pierden poder adquisitivo a marchas forzadas, y los vientos económicos ya no soplan tan favorables ni en España ni en Europa ( y lo que vendrá), amén de la corrupción que no nos abandona. Tiene discurso la izquierda contra estos problemas, si lo tiene no lo sabemos. Todo gira en torno a Cataluña y el más que seguro artículo 155.
El PSOE apoya al gobierno por sentido de Estado, no sabemos de qué Estado habla, si el de mantener las injusticias sociales o de cambiar todo para que todo siga igual. Ofrece una reforma constitucional como si fuera el bálsamo de Fierabrás que todo lo cura, y se olvida, o tal vez no, de aquello que afirmaba Marx en La lucha de clases en Francia de 1848 a 1850: la interpretación de la Constitución no pertenece a los que la habían hecho sino sólo a los que la habían aceptado interpretar en sentido viable, es decir en sentido burgués. Es decir la Constitución sólo sirve a aquellos que ostentan el poder real, que no son otros que la burguesía y los poderes financieros, y en ella blindan sus privilegios y prebendas.
Podemos se pierde en el derecho a decidir y en el de autodeterminación, como si ello fuera algo revolucionario e izquierdista, cuando no es más que una artimaña burguesa para desviar la atención de los trabajadores de sus verdaderas luchas; y se olvida de las palabras de Rosa Luxemburgo en su artículo El Derecho de las Naciones a la autodeterminación: Este derecho no ofrece ninguna orientación práctica para la política del día a día del proletariado. El socialismo no está llamado a realizar el derecho de las naciones a la autodeterminación, sino solamente el derecho de la clase trabajadora explotada y oprimida a la autodeterminación para liberarse de su explotación.
La izquierda española, que ha olvidado a sus clásicos, vive presa en la tela de araña de la burguesía, bien sea la española o la catalana, igual de corruptas y explotadoras las dos. Al final vencerá la burguesía, ésta no tiene patria, y la reacción será tremenda en todos los sentidos, porque como decía Fernando Fernán Gómez en su maravillosa obra Las bicicletas son para el verano: No ha llegado la paz, ha llegado la Victoria.
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